#144: Musicalidad y precisión- notas y transcripción
al final del articulo encontraras el reproductor para escuchar
Dirección Coral Online, Temporada 4
Estamos analizando un texto de W.F. Folger: "The 7 deadly sins of Choral Conducting"
Hoy nos toca analizar el pecado V: “dirección poco musical”
Podés colaborar con este podcast compartiendo el episodio, calificándolo con 5 estrellas o, invitándome un café:
Cafecito: https://cafecito.app/gusespada
Enlaces mencionados:
Episodio #143: “Menos es más”
https://open.spotify.com/episode/21v4ctPGFw7DIX29dItNSn?si=00nLaDnBT1Gs1bWs7tuklw
Si me olvidé algún enlace hace click acá y escribime: gusespada.com/contacto
transcripción:
Sebastián es un director de coros muy peculiar. Le da mucha vergüenza presentar a su coro en actuación. Cada vez que me lo cruza en un encuentro coral, hace más o menos lo mismo. Apenas llega, pregunta cuál es el orden y si no le toca cantar primero, busca al director que va primero y le cambe el lugar. Cuando suben al escenario, presenta al coro y dice algo más o menos así. Bueno, vamos a ver con qué me salen hoy. Vamos a tratar de cantar bien. Cero responsabilidad el tipo. Hay que decirlo, el coro no suena nada bien. El repertorio que cantan, además de Feo y Curzi, les queda grande, están mal elegidos. Pero además, en el escenario tiene un rendimiento muy desparejo el coro. Los cantantes que sobreviven a la vergüenza de la presentación hacen todo lo que pueden cantando. Se nota a la legua que el director les ha dicho que de ellos depende el éxito de la actuación. O en todo caso que por culpa de ellos las actuaciones no salen bien. Los que no sobreviven a esa presentación no saben dónde esconderse, cantan lastimosamente, casi sufriendo. Me da mucha vergüenza ajena escucharlos y me da mucha vergüenza ajena verlos dirigir. Lo peor de todo es que probablemente Sebastián sea un tipo talentoso, pero se nota a la legua que no domina el instrumento. No sé si habrá cantado en coro alguna vez, pero no tiene idea de dirección cora. Cuando vos conoces tu instrumento, sabes cómo hacer para sacarle el jugo a pesar de las limitaciones que ese instrumento tenga. Y no tenés que andar echandole la culpa en público a nadie. En todo caso, ya sabes, el único responsable de tu prestigio sos vos. Queridas y queridos oyentes del podcast, bienvenidas y bienvenidos al episodio 144. Como se habrán dado cuenta, la situación y el personaje del historial que conté recién son ficticios, pero como dicen en Netflix, está basada en hechos reales. Yo al menos en 30 años dirigiendo coros vocacionales me he cruzado en montones de encuentros corales a personajes y personas como este. El artista nunca pide disculpas antes de empezar, en todo caso lo piensa bien antes de subirse al escenario. Entonces mi sugerencia poco popular de hoy, mi unpopular opinion es nunca, nunca, nunca le echen la culpa al coro. Los responsables siempre somos nosotros, los directores. Si tu coro no te gusta como suena, si te da un poco de vergüenza o mucha vergüenza, en lugar de insistir con que tus cantantes no saben música, que no son músicos, de que tu coro es muy básico, en lugar de hacer eso en público, informate, estudia, escucha este podcast y toma nota. Hoy vamos a ver el quinto de los pecados capitales de la dirección coral de William Folger. Entonces no seas pecador y fíjate en lo que viene a continuación. [Música] (Música) [Música] [Música] [Música] [Música] [Música] [Música] El quinto de los siete pecados capitales de la dirección coral de William Folger es la dirección poco musical. dice Folger, "la dirección poco musical originada por el uso continuo de patrones de espejo o metronómicos puede hacer que el conjunto pierda interés durante los ensayos y dar como resultado interpretaciones poco inspiradoras". "Nuestra expectativa artística comienza en el primer ensayo. La claridad del pulso puede presentarse en el contexto de la forma de las frases musicales". Acá está hablando de dos cosas, pero antes de ver esta explicación, por favor te pido que compartas este episodio. Si ya llegaste a esta altura del audio del vídeo, seguro estás interesado en lo que estoy contando, por lo tanto seguramente todo esto de lo que estoy hablando le puede servir a alguien que conoces. Entonces, sin darle pausa ni parar de escuchar, dale a compartir y compartilo en alguna de tus redes sociales. Si el episodio y el podcast te gustan mucho, mucho, mucho, mucho, buscá en la descripción del programa, en las notas del programa donde dice cafecito, dale click al enlace y me invitas un cafecito. Ok, eso me va a poner muy contento también. Bueno, ahora seguimos. Entonces decíamos que Folger quería decir dos cosas con lo que te acabo de leer. En primer lugar, William Folger se refiere a cuando nos acostumbramos a ensayar dirigiendo en espejo o metronómicamente algo de lo que hemos hablado en el episodio 143, el episodio de la semana pasada. Nosotros en Córdoba le decimos dirigir cuadrado, esto es así sin ningún tipo de fraseo ni variación en el pulso. Pero también se refiere a cuando la lectura de la obra se confunde con el antiguo solfeo de los conservatorios. La lectura de la obra, el aprendizaje de la obra, la memorización en el caso de los coros no lectores, tiene que ser musical. No puede ser un simple solfeo, un trabajo mecánico. Este asunto de que primero leemos y después hacemos el trabajo fino, le ponemos la música, es parm para hoy y amber para mañana. Fundamentalmente tiene que ver con esto, que cuando a veces nos concentramos tanto en el armado que nos olvidamos de hacer música en los ensayos y si nos olvidamos de hacer música en los ensayos y después recién queremos hacer música cuando estamos en el escenario unos últimos ensayos antes de llegar al concierto ya suele ser demasiado tarde y así lo explica Folger planifique dice folger enseñar o descubrir como grupo al menos una o dos frases musicales o expresivas en todos los ensayos desde el principio. Esto generará un interés inmediato en la música y dará como resultado un mayor nivel de artisticidad en la interpretación. Introducir los elementos artísticos de la partitura desde el principio animará a los miembros del conjunto a estar más comprometidos optimizando el valioso tiempo de ensayo. Entonces vamos de nuevo. Si el coro vive la lectura de la obra como un momento de aburrimiento, de depresión o de bostezo, todo eso se va impregnando en la primera imagen auditiva y vocal que el coro se hace de la obra, en la primera, en la segunda, en la tercera. Y después ese sonido, ese anquilosamiento vocal, rítmico musical es dificilísimo de quitar. Le lleva muchísimo más trabajo. Es cierto que hay fragmentos que hay que leerlos más lento de lo que son, más lento de lo que van definitivamente después. También es cierto que hay fragmentos que requieren de varias repeticiones y también que hay algunas secciones de la obra que requieren por ahí por ahí que las trabajemos a una octava abajo y las vayamos transportando porque su tecitura es muy aguda o pasajes armónicos difíciles que hay que ir armando voz por voz, cuerda por cuerda y ir repitiendo y armando. Bueno, con todo eso tenemos que lidiar para que al mismo tiempo el el ensayo sea musicalmente interesante para el coro y para nosotros muchachos y muchachas. Sigamos. Modelar, dice Folger, tempranamente la expresión con nuestros ojos, rostro, manos y brazos mejorará la transmisión de nuestra interpretación al conjunto. Y esto quiere decir que además, por más que el coro esté trabajando lento, frase por frase y repitiendo, que ya sabemos cómo va a sonar la obra tenemos que ser musicales cuando nosotros se la cantamos, cuando nosotros le cantamos la parte al coro, cuando nosotros le mostramos cómo cantar un fragmento, cuando nosotros les estamos, o cuando nosotros tocamos el piano o el instrumento que hacemos para ensayar y para pasar en las partes, nosotros tenemos que ser musicales. El coro puede aprender cuadrado a lo mejor porque están aprendiendo, pero nosotros no tenemos por qué tocar cuadrado y ser cuadrados. El texto dice Folger, las progresiones armónicas, el contorno melódico, la textura y los patrones rítmicos, guían nuestros gestos expresivos ayudándonos a dibujar la música con nuestros gestos que representan la dirección de cada frase y cómo entrar y salir de cada pensamiento musical. Este párrafo que tiene dos o tres oraciones es riquísimo. Vuelo a nombrar los elementos que dice el texto, las progresiones armónicas, el contorno melódico, la textura y los patrones rítmicos, dice, todos esos elementos musicales que están en la partitura, guían nuestros gestos expresivos, nos indican a nosotros cómo tiene que ser nuestro gesto en cada sección, ayudándonos dice a dibujar la música con el gesto. Dice que nuestro gesto tiene que ser un dibujo de cómo debe sonar la música. Y dice que nuestros gestos representan, estos dibujos, la dirección de cada frase y cómo entrar y cómo el coro debe entrar y salir de cada pensamiento musical. Es hermoso cómo lo describe. Y ya estamos terminando en estos últimos párrafos. dice "los directores exitosos esperan que esos conjuntos internalicen simultáneamente el pulso y conozcan la dirección de las frases". Dejemos de lado a la palabra exitoso, que a nosotros en Argentina sobre todo nos genera un poco de urticaria y concentrémonos en el resto de la frase. Lo que Folger dice es que un pulso regular y seguro no es incompatible con el fraseo expresivo y los directores que mejor trabajan son directores que esperan de su coro que internavisan al mismo tiempo un pulso riguroso y un fraseo expresivo musical. Se puede ser metronómicamente correcto y expresivo a la vez, eso es lo que dice. Y agrega un punto importante y diferente a la vez Folger. Dice "aunque el patrón de dirección sea claro, la precisión rítmica puede no lograrse a menos que cada individuo sea responsable del pulso. Y acá Folger se sale del... deja de poner el foco en nosotros, en el director y pone el foco en el coro y en cada cantante. Entonces el patrón de... aunque nuestro patrón sea claro, nuestro pulso sea claro, la precisión rítmica dice "puede no lograrse a menos que cada coreuta sea responsable de su propio pulso". En ocasiones los directores pueden ensayar, se sugiere, ¿no? Ensayar sin dirigir para fomentar esta internalización. Además de darle responsabilidad personal a los miembros, el director puede enfocar toda su atención en escuchar y observar el comportamiento interpretativo. Esto es, a nosotros dejar el dirigir y dejar que el coro se haga cargo de llevar el pulso y por lo tanto cada uno de los integrantes nosotros podemos enfocarnos 100% a escuchar y a escuchar como sale. Para practicar, dice, la internalización y la responsabilidad personal, haga que los cantantes o instrumentistas formen un círculo y cierren los ojos y comiencen un fragmento de la partitura escuchando su respiración. Esto es, sin darles nosotros la entrada, sin contar tiempos ni nada, hace que el coro forme un círculo. yo lo he hecho a esto, con ojos cerrados, incluso se pueden dar la mano y que algunos respiren o que todos respiren y escuchándose la respiración comenzar a cantar todos juntos. Después de uno o dos intentos fallidos dice Folger, los estudiantes, los coreutas, ganarán confianza y abrirán sus oídos para comenzar a cantar exitosamente. Indica a los estudiantes que dirijan mientras cantan sus partes para afianzar figuras rítmicas difíciles. Esto es incluso lo que nosotros hacemos cuando estudiamos. Cantamos las partes, las vamos estudiando y vamos dirigiendo y nos vamos moviendo para internalizar el ritmo. El tempo, dice Folger, es un tema para otro artículo, pero es importante que los directores presten atención e inteligente no su misión servil a las indicaciones del metrónomo. sí, metrónomo, atención inteligente, no sumisión, atención no sumisión al metrónomo. Green y Gibson, de estos dos autores hablamos en el episodio anterior, nos recuerdan que dirigamos la partitura, no el grupo, claridad de intención debemos tener, no solo claridad de pulso. Esto es muy importante, Folger reiteradamente nos indica que nuestros gestos transmiten al coro, no esta intención interpretativa. A esto se refiere cuando dice que debemos dirigir la partitura y no al coro. Hace unos años, continúa contando Folger, este autor, o sea, él observó al coro de Saint Olaf bajo la dirección de Anton Armstrong interpretando un motete de Johann Sebastian Bach mientras se tomaban de las manos, un coro de individuos trabajando entre comillas como una unidad para sentir el pulso y el fraseo. El motete bailaba cuando creando una interpretación impresionante. El motete bailaba creando una interpretación impresionante. Cada miembro era responsable del pulso y estaba atento a la expresión colectiva del conjunto. No depender del director para el pulso aumenta las habilidades de escucha del grupo y mejor el proceso colaborativo de creación musical. Y con esto mis queridos terminamos el episodio. Ya nos quedan dos capítulos para terminar los siete pecados capitales. Cuéntenme si escribanme gustespada.com/contacto si quieren que continuemos esta temporada del podcast. Yo pensé siete episodios con estos siete pecados pero cuéntenme si quieren continuar la temporada con algún otro tema. Escribarme. Nos vemos la próxima. [Música] [MÚSICA] feeding more students circuits and