Arbolé arbolé- el arreglo de la semana


Arreglos
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Canciones de Marta Gómez con textos de Federico García Lorca

 

 

Arbolé, Arbolé- Marta Gómez/F.G. Lorca

 

“Marta Gómez logra llevar la poesía de Lorca a un nivel superior, no solo porque hace música, sino por la interpretación que da a cada poema, por los tonos suaves que canta, familiarizándose con la palabra y por la disposición de cada nota perfectamente adecuada entre las imágenes de un universo romántico.

Con un sonido natural, las canciones de Marta Gómez se van convirtiendo en un espectáculo que llena de gozo y melancolía a quien escucha la percusión, las gaitas y las guitarras juegan como en aquellas plazas descritas por Lorca. La sensación que se transmite con cada canción llena completamente esas imágenes de colores que se van formando en la cabeza. La tierra, el amor, la muerte, el agua, los árboles que imploran morir son esa fantasía que entre cada ritmo de Gómez se va penetrando completamente en nuestra sensación de escuchar aquella música tan terrenal, pero que va más allá de una rutina de composición”

https://www.revistasinestesia.com/2015/09/el-corazon-y-el-sombrero-marta-gomez-canta-a-federico-garcia-lorca/

 

Arbolé arbolé es el primero de esta serie 3 arreglos Lorca/Gómez, pensado para ser cantado a capella, con percusión corporal

 

 

Arbolé, arbolé

SATB, SAB, SSA, SA

 

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Arbolé, Arbolé

Marta Gómez

 

Arbolé arbolé

Seco y verdé.

 

La niña del bello rostro

Está cogiendo aceituna.

El viento, galán de torres,

La prende por la cintura.

 

Pasaron cuatro jinetes,

Sobre jacas andaluzas

Con trajes de azul y verde,

Con largas capas oscuras.

 

“Vente a Córdoba, muchacha.”

La niña no los escucha.

 

Pasaron tres torerillos

Delgaditos de cintura,

Con trajes color naranja

Y espadas de plata antigua.

 

“Vente a Sevilla, muchacha.”

La niña no los escucha.

 

Cuando la tarde se puso

Morada, con luz difusa,

Pasó un joven que llevaba

Rosas y mirtos de luna.

 

“Vente a Granada, muchacha.”

Y la niña no lo escucha.

 

La niña del bello rostro

Sigue cogiendo aceituna,

Con el brazo gris del viento

Ceñido por la cintura.