Siempre que hay texto con música, o música con texto, hay una relación entre ambos aun cuando aparentemente no haya ninguna relación, en ese caso la relación texto- música es, precisamente, que no hay relación. Por ejemplo, en esta copla tan conocida:“Debajo de los arbóles
cantaban unos pajáros
lunes, martes y miércoles
jueves, viernes y sabádos”
No la voy a analizar en este momento, pero es evidente que está compuesta a propósito, para que suenen esas palabras con el acento cambiado. Entonces, cómo pensamos la relación texto música en nuestros arreglos?
La relación texto- música tiene varias aristas, de las cuales detallo las que me parecen más importantes:
•la coincidencia o no entre los acentos melódicos, rítmicos y de las palabras
•la coincidencia o no entre los acentos agógicos de las frases musicales y las frases o versos del texto.
•la relación que se establece entre la métrica (cuando la hay) de un poema y el ritmo de la melodía que lo musicaliza
•la coincidencia o no entre las frases musicales y las frases o versos del texto.
•el grado de ‘compenetración’ digamos, entre los motivos rítmicos y/o melódicos, y el significado, ya sea del texto en general, de una o varias frases del texto, o, directamente, de una o más palabras en particular.
En el caso de un arreglo para coro, puede ser interesante, e incluso fuente de inspiración, que te pongas a reflexionar en estos aspectos que señalé más arriba, y veas cuáles y cómo podés incluirlos en tu trabajo.
Pensar en el texto y su significado, analizar la poesía, comprender cuáles son las palabras clave, te puede ayudar a:
•definir texturas
•encontrar las onomatopeyas más adecuadas para un acompañamiento
•elegir movimientos melódicos
•definir armonías
•elegir qué voz/voces llevarán la melodía principal
•señalar el carácter del arreglo, y/o sus diferentes secciones
•definir las articulaciones
•lo mismo con las dinámicas
Dos ejemplos: A continuación voy a mostrarte dos ejemplos de cómo relacioné el significado de una frase con el acompañamiento de la melodía que la estaba cantando.
El primero, es el final del estribillo de un arreglo que hice de la ‘Chacarera sin final’
Los dos últimos versos del estribillo dicen: “y me empuja pecho afuera / la chacarera”
Como los dos primeros versos venían con un tratamiento homofónico (como yo tiene la noche/ganas de llorar), se me ocurrió cambiar de textura, y aprovechando el significado que las palabras ’empuja’ y ‘afuera’ le otorgan al verso, viendo que el ritmo de la melodía alternaba en ese lugar un compás de 6/8 con uno de 3/4, decidí poner un acompañamiento que hiciera justo lo contrario (técnicamente una “hemiola”), para que la ‘fricción’ generada con esa polirritmia reflejara, si se quiere, lo que esas palabras clave sugerían.
Agrego que la melodía original, al subir por grados conjuntos acentúa también el significado del verso.
y el resultado sonoro, computadoramente (ja) aproximado es éste:
El segundo ejemplo es de otra chacarera, “campo afuera” de Carlos Difulvio (dejo una versión en video al final del post).
En este caso, los versos que me interesan son el final de la segunda estrofa y el primer verso del estribillo: “y en la tierrita suelta el barrer de las alpargatas/ de entre los montes subió la luna p’a alumbrarla como nube en el aire quedó el polvaderal hojita’e tala, fleco de luna, la chacarera”
Aquí se me ocurrió que podía realzar el significado de la palabra ‘subió’ y ligarlo con el de la unidad ‘nube en el aire’.
Entonces, pensé en un acompañamiento con melodías ascendentes primero, relativamente estáticas y descendentes después (como el polvo que queda suspendido en el aire y baja poco a poco, no?) acá la melodía, esta vez en el barítono:
el resultado sonoro es éste:
Bueno mi querido lector, este tema no queda acá, piensocontinuarlo más adelante, acá en el blog.
Pero por hoy creo que es suficiente, no te parece?
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hasta la próxima!