En el podcast de la semana pasada conté la historia de un niño que cantaba en un coro
Estando de gira internacional con ese coro, inició un conflicto bélico, que produjo una situación muy particular: los niños, todo el coro, se hallaban, de repente, en un país enemigo
Pasaron de ser un coro extranjero invitado, a ser un grupo de ciudadanos de un país con el que se estaba en guerra
Algo similar, tal vez no tan trágico (sólo tal vez, y entre comillas), le ocurrió este año a miles de personas, de todos los países
Turistas, trabajadores, personas que estaban de viaje, que de repente se encontraron sin poder regresar a su país, por la pandemia
Varados, muchos sin recursos, esperando un avión de rescate
Algunas de esas historias terminaron definitivamente mal, otras terminaron relativamente bien
Algo similar, pienso, puede haber ocurrido con las historias de esos niños que quedaron varados
Puede que algunos, ojalá todos, hayan podido continuar con sus vidas de una manera, no normal, pero tampoco trágica
Una historia de este tipo, un conflicto, un viaje, una tragedia, y la posibilidad de una esperanza, forma parte de la obra de Mendelssohn que Néstor Andrenacci analiza hoy, en el 3er encuentro de las “reflexiones sobre interpretación de música coral”
Los arreglos, como siempre:
Buen fin de semana!
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