Hace 20, 30 años, la vida no era tan complicada. No había guasap, no había celulares, no existía pedidos ya,
y en el ambiente coral casi tan importante como tener un buen ensayo era mandarse unas empanadas y unos vinos al terminar el mismo
Era casi religioso yo diría
Terminar el ensayo y partirl bolichón más cercano
Eran tiempos más sencillos
Yo dirigía un coro en un pueblo que quedaba a tres horas y media de ómnibus de Córdoba
Era el coro de la municipalidad, y me habían pedido que no fuera muy exigente en la prueba de voces
Además, eran poquitos integrantes, así que cada uno valía su peso en oro, mi trabajo dependía de ellos
Había algunos que cantaban mejor que otros, la mayoría afinaba bastante bien, pero la verdad es que les costaba un montón cantar a más de una voz
Además, había una contralto, que sí, desafinaba bastante
No era totalmente desafinada, había dos o tres notas en su registro central, en las que afinaba perfectamente, pero más arriba o más abajo era un desastre
Bueno
El asunto es que, para toda esta gente, el coro era algo muy especial, era su escape de la rutina, su pie a tierra, llamale como quieras que se te ocurra a una actividad cultural y movilizadora en un pueblo de menos de 3000 habitantes
Pronto me hice amigo de cuatro o cinco de los integrantes, los más interesados en el aspecto “movilizador” de la actividad, no sé si me explico
Teníamos obviamente esta especie de cita religiosa después del ensayo, en la confitería del pueblo, para cenar algo rico y tomar un par de cervezas
Pero al poquito tiempo, comenzamos a ir a la casa de la contralto de afinación dudosa, invitados por ella, que formaba parte del grupito movilizador
Cocinaba unas empanadas espectaculares , y, en la estación del año adecuada, cada miércoles me proveía de un frasquito de quinotos en almíbar
Como lo dije, eran otros tiempos
Seguro que estarás pensando que era Contralto de afinación dudosa compraba su permanencia del coro con sus empanadas y frasquitos de quinotos en almíbar
Pero, la verdad es que, cuando se comenzaron a combinar los resultados de la técnica de ensayo, con el trabajo de técnica vocal, esta chica comenzó a ampliar la tesitura en la que podía afinar
Con el tiempo, a la vez que esta chica comenzó a cantar un poco más afinado, el coro también pudo comenzar a cantar arreglos a cuatro voces
Por supuesto que estamos lejos de poder cantar arreglos jazzeros como los que hacían los grupos vocales que vemos en la clase de hoy del curso historia de los grupos vocales en Argentina
Pero arreglos sencillísimos como el que hice esta semana de la chamarrita de la costa sí que cantábamos
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