Episodio #145: El miedo de no poder escuchar
Notas del programa:
Dirección Coral Online, Temporada 4
Estamos analizando un texto de W.F. Folger: "The 7 deadly sins of Choral Conducting"
Hoy nos toca analizar el pecado VI: “escucha ineficiente”
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Enlaces mencionados:
Episodio #140
Episodio #141
Episodio #142
Episodio #143
Episodio #144
transcripción:
Queridas y queridos oyentes de Dirección Coral Online, me parecía interesante comenzar este episodio, el 146, haciendo un resumen de los cinco primeros pecados capitales de la Dirección Coral de William Folger. Ustedes saben que estamos revisando ese texto que se llama "Los Siete Pecados Capitales de la Dirección Coral", escrito por William Folger, un maestro americano. Hemos hecho hasta ahora 5, hoy toca el sexto y como les digo me parece interesante comenzar haciendo un resumen, un pequeño resumen pero me parece que va a ser útil, para que tengamos un panorama de dónde estamos parados. El primer pecado era, se llamaba falta de preparación ir resumidamente hablando, la falta de preparación provoca pérdida de tiempo en los ensayos, provoca que nuestro coro se presente en público mal preparado musicalmente, generando por lo tanto una frustración en el grupo de cantantes. A nadie le gusta hacer malas actuaciones, hacemos quedar mal a compositores y arregladores, y por supuesto generamos insatisfacción en el público que escuche nuestro coro mal preparado. ¿En qué consistiría una buena preparación para poner todo esto en términos positivos? Bueno, consiste en, en principio, estudiar a fondo la obra, su compositor, el contexto histórico y estilístico, memorizar la partitura y ustedes se preguntarán memorizarla cómo. Bueno, para mí hay muchas maneras de entender qué es una memorización, pero en principio para mí, en mi experiencia, memorizar una partitura es poder cantar cada parte de principio a fin. Mientras vamos colgados del colectivo de vuelta a casa, Bueno, así, en esas condiciones poder acantar sin equivocaciones cada parte, de principio a fin. Saber cada acorde de cada compás, cómo está compuesto y cómo suena. Conocer todas las dificultades técnicas que las partes generan. Y lo más importante, llegar al primer ensayo de lectura de la obra, con una idea clara de cómo queremos que suene el día del concierto, el día del estreno de la obra, el día que ese proceso de ensayos finaliza, tener una idea, una audición interna de la obra en ese sentido. Esto es lo que refiere al primer pecado. Lo vimos en el capítulo, en el episodio 140 del podcast. Yo les voy a ir dejando en las notas del programa los enlaces acá de episodio. El segundo pecado capital se llama, Folger lo llama, múltiples gestos preparatorios. Y con esto Folger se refiere a cuando no tenemos resueltas las entradas y los pasajes técnicamente difíciles desde el punto de vista del gesto. Cuando no vemos, cuando no tenemos claro cómo vamos a dar esas entradas o cómo vamos a qué gestos vamos a hacer en esos pasajes. Cuando esto pasa, lo que suele ocurrir, a mí me ha ocurrido es que solemos dar más de uno o dos levares. Bueno, a veces damos directamente mal las entradas, sí? Y todo esto un director inseguro con sus gestos genera inseguridad e imprecisión en el coro. También en este episodio hablamos de las dificultades que genera dirigir en espejo o de no tener independencia de brazos, que es básicamente lo mismo. En esto consiste básicamente el segundo pecado capital. El tercero se llama falta de contacto visual. Y la falta de contacto visual, según Folger, puede tener diferentes motivos u orígenes. Por ejemplo, como no conocemos la partitura, dirigimos mirando el atril todo el tiempo, entonces ahí no nos conectamos visualmente con el coro. También puede pasar que seamos de esas personas a las que nos cuesta mirar a la cara a otras personas, y entonces dirigimos mirando al piso o dirigimos mirando al techo, pero evitamos mirar a la cara de los cantantes. También puede ser que simplemente no nos hemos dado cuenta aún de lo importante que es conectar cara a cara con las personas con las que estamos trabajando y sobre esto desarrolla bastante Folger sobre por qué es importante conectarnos cara a cara, mirarnos a los ojos con los cantantes en este tercer pecado capital. El cuarto pecado es exceso de dirección, exceso de conducción, sobredirección, overconducting, tienen diferentes maneras de llamarse. El exceso de conducción es cuando no tenemos respuestas sonoras del coro con el gesto que estamos haciendo. Nosotros le hacemos gestos para que el coro haga ciertas cosas, el coro no las hace y entonces en lugar de por ejemplo a tratar de llamar la atención haciendo menos gestos, hacemos gestos cada vez más grandes, usamos toda la cara, el cuerpo y en realidad por lo general logramos el efecto opuesto contrario al que queremos lograr. Eso es el exceso de conducción. Un coro sobre dirigido es, a ver, como un bebé que ya está listo para caminar solo y en lugar de soltarlo le ponemos el andador, porque nos resulta más cómodo, porque nos ahorra trabajo, el nene va de acá para allá, se golpea con todo, pero el andador lo protege. Y nosotros pensamos que eso nos ahorra tiempo de cuidado, pero en realidad después cuando en algún momento el nene tiene que caminar sin el andador y cuando se lo sacamos el nene se lleva todo puesto porque está acostumbrado al que el andador lo protege y al final eso nos demora, nos lleva más tiempo del que pensábamos ahorrarnos, lograr que el niño comience a caminar. En eso consiste el cuarto pecado capital, el quinto, que es el último que hemos visto hasta ahora, hoy vamos a ver el sexto, ya lo dije, se llama dirección poco musical. El motivo principal de la dirección poco musical es el concentrarnos en el aspecto meramente técnico del ensayo y no pensar en el ensayo como en un momento artístico. Esto no tiene nada que ver, no se ofendan con su musicalidad, la musicalidad de cada director, el talento, ni nada que se le parezca. Tiene que ver estrictamente con esto, que a veces nos concentramos tanto en lograr resolver detalles técnicos que nos olvidamos que el ensayo también debe ser un momento artístico. El pecado de la dirección poco musical es cuando cometemos el pecado de creer que la música se hace exclusivamente en los conciertos. Bueno, y como te conté en el episodio 140 cuando comenzamos con este texto de William Folger que estamos analizando. Este es un texto que está disponible en web en inglés. Si podés poner en Google Seven Deadly Sins of Core Conducting o escribí Folger Seven Deadly Sins seguro te va a parecer el texto en PDF. Yo me puse a traducirlo. Yo para hacer estos episodios lo tradujé. Y estoy subiendo las traducciones de cada uno de los pecados. Las estoy subiendo a a Cafecito. La transcripción de los episodios está disponible en guseespada.com/blog pero si te interesa tener la traducción de cada uno de los pecados capitales de Folger en las notas del programa, de este programa o de cualquiera de los anteriores, anda a donde dice Cafecito, le das click al enlace y ahí vas a tener el acceso a todas las traducciones. Ahora sí comencé. [Música] (Música) (Música) [Música] [Música] [Música] [Música] "Escucha ineficiente" es el sexto de los los pecados capitales de William Folger. La escucha ineficiente es un tema bravo porque todos los músicos siempre tenemos el miedo de no escuchar. No sólo el miedo a quedarnos sordos a perder la audición, que es el mito de Beethoven, sino que tenemos miedo a no escuchar adecuadamente lo que está sonando o lo que necesitamos escuchar cuando estamos tocando, dirigiendo o cantando. Es uno de las pesadillas del músico. Y así lo dice Folger. Folger comienza diciendo "la escucha ineficiente podría considerarse el mayor pecado para todos los músicos". Según Greeny Gibson, dice Folger, este es un libro del cual ya hemos hablado en episodios anteriores, escuchar es uno de los aspectos más cruciales del arte del director, equilibrando la generación de sonido con los gestos y escuchando el sonido real de lo que se está tocando. Yo voy a explicar esto. La atención al gesto no supera la importancia de la conciencia del director sobre el fenómeno acústico que se está creando en el momento. Y entonces acá de lo que habla Folger es de esta combinación gesto, escucha e interpretación. Nosotros con el gesto estamos creando la interpretación junto con el coro, obviamente. Nuestro gesto está destinado a que el coro pueda expresar nuestra idea sonora de la obra. Ahora bien, a medida que nosotros estamos generando ese sonido con el gesto, nosotros tenemos que escuchar lo que estamos generando y ahí se produce un feedback y entonces en función de lo que estamos escuchando vamos modificando o haciendo cosas con nuestro gesto para llevar al coro hacia un lado o hacia el otro. A eso se refiere Folger cuando dice equilibrando la generación de sonidos con los gestos y escuchando el sonido real de lo que se está cantando sería en este caso. "Anime", dice Folger, "anime a los miembros individuales del grupo a escuchar dentro y entre las secciones, dentro del grupo y entre las cuerdas", sí, dentro de su propia cuerda y el resto de las cuerdas. Una partitura bien preparada permite que los oídos del director escuchen agudamente desde el primer ensayo. Esto es obvio, no lo voy a explicar, lo hemos hablado además en los episodios anteriores. Evitar cantar partes con el grupo asegura una audición óptima y evita distraer a los demás intérpretes. Entonces, saber si había una partitura y no cantar al dirigir, si lo tenemos que decir así con pocas palabras. Y dice que si cantamos mientras dirigimos, no solo cantar nos impide escuchar adecuadamente, sino que además suele distraer a los cantantes. escuchar combinando gestos intencionales disminuye la cantidad de indicaciones verbales requeridas en un ensayo y optimiza la creación musical y esto tiene que ver con esto primero que explicaba hace un rato si nosotros vamos reaccionando con nuestro gesto a lo que vamos escuchando que el coro canta nos ahorramos tener que cortar y darle indicaciones al coro y para por lo tanto perder tiempo en los ensalos. Esto está también en el capítulo en el que hablamos sobre el overconducting. Unificar el sonido de los conjuntos, dice Folger, se logra al prestar atención a los miembros y cómo su parte encaja en el conjunto. Esto está traducido así medio literal, pero está hablando del empaste, unificar el sonido del grupo, esa unificación se logra prestando atención al timbre de cada coreuta en particular y viendo cómo ese timbre encaja dentro del acuerdo y dentro del grupo en general. Por ejemplo, dice, si están cantando o tocando la fundamental, la tercera, la quinta, la séptima o la novena de un acorde. Cada afinación, Folger se ajusta de manera diferente en relación con la textura armónica, lo que afecta a la afinación. Y acá está hablando entonces de uno de los beneficios de poder escuchar acertadamente. Si nosotros tenemos la partitura estudiada y sabemos qué función cumple la nota que cada cuerda canta en un determinado pasaje armónico, y si escuchamos adecuadamente cómo está el balance, por ejemplo de ese acorde que cual está cantando más que cual está cantando menos, ahí podemos ir ajustando y equilibrando el sonido del acorde. Dice Folger, el sonido de los miembros del conjunto sobre la ubicación de la melodía y la contra melodía en la textura resolverá muchos problemas de equilibrio. Esto no hace falta que lo explique, es muy claro. Para mitigar problemas de gestión de ensayos se puede pedir a los estudiantes en secciones que no están tocando que escuchen activamente para evaluar la afinación correcta, los ritmos y los parámetros expresivos. Pida a los miembros del grupo que tracen la forma de la frase con sus manos y brazos mientras otras secciones tocan. El habla de secciones porque está dando estos, más allá de que se llama "Pecados de la Dirección Coral", él está dando estos consejos no solo para para directores de coro, sino también para directores de orquestas o de ensambles instrumentales. Pero entonces se refiere a que, por ahí, cuando estamos trabajando con una sola cuerda o con dos, en vez de dejar y de estar controlando las otras dos cuerdas, que no hablen, que estén concentrados, sin hacer nada, lo que podemos hacer es pedirles que escuchen y que analicen lo que están escuchando de lo que cantan las otras dos cuerdas, y también que acompañan con movimientos corporales y de brazos lo que escuchan que canta sus compañeros. A eso se refiere. Folger hace hincapié también en otros episodios en este tema de enseñarle al coro a escucharse a sí mismo y a enseñarle a cada coreo a escuchar a sus compañeros de cuerda y a los de las otras cuerdas también. Esto lo dije hace un rato. Voy a agregar que no debemos olvidar que el objetivo fundamental de la escucha tiene que ver con nuestra imagen auditiva de la obra. Quiero recordar esto, lo dije hace un rato, pero quiero insistir, sí, el objetivo fundamental de escuchar y de escuchar bien tiene que ver con nuestra imagen auditiva de la obra e ir comparando lo que suena con esa imagen que tenemos. Esto es algo que excede al aspecto puramente técnico de si está todo afinado, si el coro suena balanceado, si las texturas están equilibradas. Estamos hablando fundamentalmente de poder ir reaccionando con nuestro gesto a lo que estamos escuchando que canta el coro en función de cómo queremos lograr la interpretación de la obra, de la cual tenemos una imagen auditiva bien clara. Finalmente, les pido disculpas si este concepto lo he dicho dos tres veces en este mismo episodio, pero me parece importante que les quede claro. Y termina Folger diciendo "Escuchar es un deporte de equipo que, si es modelado por el director y fomentado en cada ensayo, dará como resultado en setos productivos e interpretaciones artísticas". Y con esto terminamos. No dejen de compartir el episodio si les gustó, hagan una colaboración en cafecito si consideran que vale la pena. Nos vemos la próxima. Hasta luego. No más.